lunes, 19 de mayo de 2008

Los alimentos transgénicos SON PELIGROSOS.

La solución al hambre y la desnutrición pasa por el desarrollo de técnicas sostenibles y justas, el acceso de los pueblos a los alimentos que producen y el empleo de técnicas como la agricultura y la ganadería ecológicas.

Los cultivos de transgénicos suponen incremento del uso de tóxicos en la agricultura, contaminación genética, contaminación del suelo, pérdida de biodiversidad, desarrollo de resistencias en insectos y ‘malas hierbas’, riesgos sanitarios y efectos no deseados en otros organismos. Los efectos sobre el conjunto de los seres vivos son irreversibles e imprevisibles.
Los riesgos sanitarios a largo plazo de los OMG presentes en nuestra alimentación o en la de los animales cuyos productos consumimos, no se están evaluando correctamente y su alcance sigue siendo desconocido.
Los OMG, refuerzan el control de la alimentación mundial por parte de unas pocas empresas multinacionales.
Algunas cosechas transgénicas pueden comportarse como malezas, persistir en los campos y extenderse a otro hábitat.

OTROS EFECTOS
El flujo de los transgenes, puede crear plantas silvestres y/o herbosas que se convierten en malezas en los sistemas agrícolas y naturales.
Pueden crearse nuevos virus y aumentar la resistencia de los virus naturales
Modifican los efectos de los pesticidas que pueden atacar a organismos contra los que no estaban diseñados.
Afectan recursos biológicos de valor, como la resistencia en los insectos a insecticidas.
Efectos acumulativos y permanentes.

Cambios en la proporción metabólica. La introducción de hormonas de crecimiento rápido en peces puede favorecer al pez transgénico en la competencia por el alimento, los sitios de reproducción, etc.
Cambios en la tolerancia a los factores físicos. El aumento por ejemplo, de la resistencia a los cambios de temperatura, puede extender el hábitat e incrementar la competencia con las especies nativas.
Cambios en el comportamiento. En la migración, la unión y el dominio del territorio.
Cambios en el uso de los recursos alimenticios, que implicarían nuevas preferencias y presas.
Cambios en la resistencia a parásitos y patógenos.

Creación de nuevas y peores plagas que pongan en peligro especies de valor y la biodiversidad en su conjunto.
Daño accidental a determinadas especies, como puede ocurrir con fungicidas transgénicos que afecten hongos benéficos.
Daño a las comunidades biológicas con la alteración de la composición de los ecosistemas.
Alteración de los procesos de los ecosistemas con la afectación adversa del ciclaje de elementos nutritivos. La generación de subproductos tóxicos.

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